La organización ecologista internacional Greenpeace ha recorrido este viernes con los medios de comunicación toda la zona del Alto Guadiana con el objetivo de denunciar la política que en materia de agua y patrimonio natural está llevando a cabo el Gobierno de Castilla-La Mancha.
El responsable de la campaña de agua de Greenpeace España, Julio Barea, ha sido contundente al poner de manifiesto el "doble rasero" del Ejecutivo que preside José María Barreda en materia de trasvases y denunciar su política de medio ambiente.
Precisamente esta acusación de Greenpeace contra la Junta de Comunidades se produce al día siguiente de que el presidente regional, José María Barreda, acusase a la ministra de Medio Ambiente, Cristina Narbona, de pretender a la vez de forma poco razonable estar contra el trasvase del Ebro y a favor del trasvase del Tajo al Segura.
Trasvase y tubería de La Mancha
Según Barea, el Gobierno castellano-manchego se opone al trasvase Tajo-Segura, pero a la vez acepta la tubería que se está construyendo desde el propio Tajo para enviar agua a La Mancha con destino a usos no ambientales.
En este sentido, el responsable español de Greenpeace aseguró que esta tubería se está colocando en grandes zanjas que atraviesan terrenos protegidos del Parque Nacional de las Tablas de Daimiel, en Ciudad Real, sin que el Patronato de este parque haya dado su autorización o consulta previa.
Julio Barea cree que es una "contradicción" construir esta tubería para 58 municipios de Albacete, Ciudad Real y Cuenca y que a la vez se ponga en marcha el Plan Especial del Alto Guadiana, con una inversión de casi 4.000 millones de euros, en el que se prevé recuperar los niveles hídricos del río y los pozos de la zona, algo que haría innecesaria la llegada de agua del Tajo a esos municipios.
La UE se ha negado
Greenpeace cree, al respecto, que "mucho nos tememos que ese agua que se trasvase sea para los campos de golf y viviendas de lujo previstas en Ciudad Real", según Barea, quien ha hecho hincapié en que "la tubería se está pagando únicamente con presupuesto español porque la Unión Europea se ha negado a financiar una obra como esta.
Según Barea, la desaparición de los Ojos del Guadiana es una pérdida natural, cultural e histórica para Castilla-La Mancha y para el conjunto de España.
El Guadiana está prácticamente seco desde los Ojos hasta que recibe agua de su afluente, el Bullaque, tal como explicó el dirigente ecologista, quien también recordó que las Tablas de Daimiel tenían una superficie encharcada de 20 kilómetros hace 25 años, y ahora sólo tiene uno, que se mantiene "de manera artificial" gracias al bombeo de agua.
NOTICIA DE http://www.eldigitalcastillalamancha.es/
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