jueves, octubre 12, 2006

El engaño aumenta el escarnio del abandono y la marginación de Cuenca.

IxC presentó una moción para que se reconociera a Alvarez de Castro, el Procurador franquista que dimitió en protesta por el Tajo-Segura, la condición de símbolo del coraje cívico en la defensa de los intereses de Cuenca.

El paso del tiempo ha aumentado la estatura política de Alvarez de Castro, porque desde entonces, todos y cada uno de los responsables políticos y líderes sociales de Cuenca, se han limitado a adormecer la conciencia de los conquenses como única forma de encubrir políticas que, tanto desde el gobierno central como desde el autonómico, han sido de marginación de esta provincia.

La Comisión en defensa del ferrocarril ha sido eso, un tinglado para aparentar que se hacia algo por la línea Madrid-Cuenca-Valencia, cuando realmente el proceso de desinversión y desmantelamiento era imparable.

Para demostrar las mentiras que tanto abundan en Cuenca también sirven las mociones de IxC, esas que a algunos les resultan ya cansinas.

Para que todo el mundo se retrate en sede municipal, para que luego todos se retraten en el espacio público de las declaraciones en los medios de comunicación.

La moción en defensa del ferrocarril fue, como tantas otras, rechazada, silenciada y censurada. Y TIENEN QUE SER LOS VALENCIANOS LOS QUE APUESTEN POR ESTA LINEA A TRAVES DE SU CAMARA DE COMERCIO.

Y entonces la Cámara de Comercio de Cuenca se sube al carro y dice que le parece una idea espléndida. Y entonces el Alcalde dice que le parece una buena idea. Y entonces el PP incorpora el tema a su agenda política. Y entonces los sindicatos se acuerdan de que el trabajo no lo generan ellos, lo generan las empresas.

Esta es la posición de Cuenca. Vamos de oyentes, de meros receptores pasivos de lo que otros hagan o decidan, en Madrid, en Toledo o en Valencia; y si somos un efecto colateral negativo, “ea”, y si somos un efecto colateral positivo, pues miren como caminamos con paso firme hacia un futuro de prosperidad.

En Cuenca hemos perdido la dignidad, en Cuenca hemos perdido el derecho a sostener la mirada de nuestros hijos cuando nos pregunten que hicimos por su tierra.

La habíamos recuperado cuando defendimos desde la sociedad civil la autovía y el AVE, pero la estamos perdiendo de nuevo permitiendo que nos vuelvan a engañar. Los responsables políticos y sociales de Cuenca necesitan un nuevo varapalo que les recuerde que la dignidad de los conquenses no admite de componendas o defensa de intereses mezquinos.

Un varapalo que les recuerde que deben SERVIR A LOS INTERESES DE CUENCA, no ser meros súbditos de los que mandan en Madrid, Toledo o Valencia.

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