jueves, septiembre 24, 2009

Ni talento ni talante

Llegado el otoño, tras la meada general de las antiguamente llamadas fiestas de San Mateo, vulgo "vaquillas", la ciudad intenta volver a su ser provinciano con la inauguración del nuevo acerado de un callejón en el barrio de "la Ventilla". Sesenta y tantos metros de paseo del señor alcalde y varios concejales principales al uso "berlanguiano", pero sin banda de música ni el gracejo de Pepe Isbert.
A falta de mejor alternativa, no está mal que el ayuntamiento se preocupe del ciudadano, aunque deje el problema del aparcamiento y los ruidos para mejor ocasión. Ya sabe usted: el que venga detrás que arree.

Dentro de pocos días, a primeros de octubre sin más tardar, el alcalde puede enfrentarse con un problema mayor. La pólvora del rey tiene un límite y sin dineros poco se puede hacer. La inoperante oposición municipal puede darnos alguna sorpresa el efecto Benidorm hace estragos en Génova….y en Ferraz. Ni el algodón ni las encuestas engañan.

Cuando hace uno par de años propuse que el ayuntamiento solicitara el estatuto de "gran ciudad" nunca imaginé que se pudieran usar las atribuciones de la Ley para nombrar cargos y asesorías políticas a cuenta de los presupuestos municipales por valor de varios cientos de miles de euros. Y lo peor no es eso. Lo dramático es que el alcalde, en uso y responsabilidad de sus facultades, creó una serie de puestos de dirección que no han servido para nada. Empezando por su hermano, a quien designó como asesor de desarrollo local quien, familiaridades aparte, no ha hecho nada útil para la ciudad.

Como tampoco Marta Tirado, responsable de turismo. Ni el de cultura, afamado músico local. Ni siquiera Pedro Mombiedro, "insigne melómano", ha sido capaz de desarrollar un proyecto decente. Solo hay que ver el estado de Cuenca-capital cultural 2016 para entender la trapisonda. Muchos cargos sin carga. Para este viaje no habían hecho falta alforjas tan bien dotadas y surtidas.

Porque el área cultural del ayuntamiento se reduce al funcionamiento del Auditorio y a la Fundación de Cultura Ciudad de Cuenca. La respuesta del equipo municipal a su inoperancia ha sido denunciar al anterior gestor, José Luís Muñoz, por haberse excedido en sus atribuciones asumiendo un convenio con los empleados de la susodicha entidad.

Vaciada la concejalía de cultura de sus competencias y con el concejal Catalá desaparecido, hubiera sido más razonable dedicar el presupuesto a otros menesteres.

Seguir engañando a la gente con lo de Cuenca-2016 es un error. Judicializar la gestión de la Fundación también.

Muñoz, que no es santo de mi devoción – con un “irresponsables por Cuenca” nos recibió - , al menos sabía escribir.

Y esto, a fin de cuentas, se agradece.