En el último número de la revista La Mirada podemos leer una extensa entrevista realizada a la Presidenta regional del PP y Senadora, Mª Dolores de Cospedal.
Pertenece la interviú a la categoría de entrevista para hacer la ola al entrevistado. Las preguntas no son tales, pues se convierten en entradillas para el lucimiento del entrevistado. Cada pregunta es un escalón para que el personaje ascienda por la escalera de su cómodo discurso.
Entramos en campaña y para la Sra Cospedal Cuenca es un buen argumento para desgastar al partido socialista. Ninguna explicación respecto a lo que hizo el PP por Cuenca en su etapa en el Gobierno de la nación, ninguna explicación, porque la ausencia de preguntas incómodas no lo hacía necesario, sobre lo que este partido piensa hacer por Cuenca.
Le parecen a la Senadora vergonzosos los plazos de Ave y autovía, olvidando con ello que parte de los interminables años de ejecución de la Cuenca-Tarancón transcurrieron bajo en mandato de Aznar, olvidando que el partido popular negó en su momento el Ave por Cuenca, que únicamente fue posible por la movilización ciudadana a través de una campaña histórica de alegaciones, olvidando que el calendario de ejecución del corredor mediterráneo de alta velocidad fue decidido por el Gobierno de Aznar.
Poco tiene Cuenca que agradecer al gobierno regional del partido socialista, poco tiene que agradecer a una historia de decadencia y frustración, pero deberíamos exigir, por un mínimo de dignidad, que guarden silencio todos aquellos que no puedan aportar soluciones o inversiones. Deberíamos exigir que no se utilice más el nombre de Cuenca en vano para ganar unas elecciones y luego olvidar.