En pocos días hemos conocido varias noticias que dan cuenta de la pujanza y prometedor futuro de la provincia de Guadalajara.
Nuevo campus universitario -130 millones de euros-, Parque Científico y Tecnológico -130 millones de euros- y apertura de un centro de El Corte Inglés que va a crear casi 900 puestos de trabajo.
Estamos en Castilla-La Mancha, hablamos de una provincia hasta no hace mucho hermana de Cuenca en abandono y despoblación. Estamos en 2007 y en Guadalajara tienen muy claro cuales son las líneas maestras que marcarán un futuro de mayor desarrollo y prosperidad.
Todas las provincias de la región menos Cuenca están sentando las bases de una Comunidad Autónoma con prometedor futuro entre Madrid y Valencia, y con una isla de falta de oportunidades en nuestra provincia.
Pero en Cuenca nos entretenemos con los temas de siempre. Si son muchos o pocos los visitantes del casco antiguo, que no vienen empresas porque el suelo industrial es caro, la reforma siempre necesaria de la Plaza Mayor y los bolardos, el cartel taurino y la brillantez de los conciertos en San Julián, la vistosidad de la iluminación navideña, la peatonalización de Carretería, la Semana Santa y la fiesta pagana de San Mateo.
Nuevo campus universitario -130 millones de euros-, Parque Científico y Tecnológico -130 millones de euros- y apertura de un centro de El Corte Inglés que va a crear casi 900 puestos de trabajo.
Estamos en Castilla-La Mancha, hablamos de una provincia hasta no hace mucho hermana de Cuenca en abandono y despoblación. Estamos en 2007 y en Guadalajara tienen muy claro cuales son las líneas maestras que marcarán un futuro de mayor desarrollo y prosperidad.
Todas las provincias de la región menos Cuenca están sentando las bases de una Comunidad Autónoma con prometedor futuro entre Madrid y Valencia, y con una isla de falta de oportunidades en nuestra provincia.
Pero en Cuenca nos entretenemos con los temas de siempre. Si son muchos o pocos los visitantes del casco antiguo, que no vienen empresas porque el suelo industrial es caro, la reforma siempre necesaria de la Plaza Mayor y los bolardos, el cartel taurino y la brillantez de los conciertos en San Julián, la vistosidad de la iluminación navideña, la peatonalización de Carretería, la Semana Santa y la fiesta pagana de San Mateo.
Por eso nuestros hijos seguiran siendo carne de emigración que retorna en fiestas para disfrutar del casco antiguo, de la Plaza Mayor, de iluminación navideña, la Semana Santa, San Julián y San Mateo. Quizás algún día de un paseo por una calle Carretería sin coches.
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