Dices bien que la política no debe hacerse en las dos semanas anteriores a una votación. Pero si los políticos hacen esta política es porque los ciudadanos nos despreocupamos de la política y a duras penas atendemos en periodo electoral.
La huelga de autobuses tiene dos razones muy evidentes, y que no tienen que ver con “matar al mensajero” que en este caso sería imponer unos servicios mínimos que permitan que la huelga de autobuses no altere la vida cotidiana de la ciudad.
A veces enmascarar un síntoma agrava la enfermedad. Y este puede ser el caso que nos ocupa.
Primera razón. Sueldos de miseria. Lo que deberíamos hacer en Cuenca es ponernos todos en huelga para protestar porque los conductores en Cuenca cobran 800 euros y en Albacete 1200. Como conquenses deberíamos sentirnos todos concernidos. Y lo estamos porque EN TODOS LOS COLECTIVOS LOS SUELDOS EN CONVENIO SON MENORES, NO RESPECTO A MADRID O BARCELONA, SON MENORES QUE EN ALBACETE O CIUDAD REAL.
Segunda razón. El transporte público está totalmente abandonado, tenemos otras prioridades y tenemos derecho a decidir, PERO TAMBIEN A PAGAR LAS CONSECUENCIAS DE NUESTRAS DECISIONES.
Antonio Melero lleva cuatro años defendiendo el empleo y el desarrollo para Cuenca, otros temas ocuparon sin embargo las portadas de los periódicos en estos cuatro años. Tenemos derecho a decidir que nos importa y que no, pero también la obligación de soportar las consecuencias de nuestras elecciones.
Antonio Melero ha defendido un transporte urbano gratuito y de calidad. No es que sobre dinero, que nunca sobra, y menos en Cuenca, es cuestión de prioridades; y gastar en transporte público es invertir a largo plazo en calidad de vida, en movilidad sostenible, en lucha contra el cambio climático.
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