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Si "España , sumida en el ruido de la política y la borrachera del dinero fácil del ladrillo, olvida la investigación y la innovación, no se preocupa de adaptar estructuras, prefiere ignorar el comercio electrónico y la revolución editorial, minimiza la importancia de la inversión y el cambio", da pánico pensar en el futuro de Cuenca.
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3 comentarios:
Es la España de siempre, ensimismada y sumergida en ese mito de que "España es diferente", y en la que muchísimos ciudadanos ni siquiera se plantean que pueda existir alternativa a cómo son las cosas en su día a día.
En resumen: El pecado nacional no es la envidia. Es el conformismo.
Creo que España es de pulsiones extremas. Con más pasión, inteligencia y compromiso que nadie cuanto toca; y más discplicentes y autocomplacientes que nadie cuanto no toca.
Creo que en este país,junto a una fuerza extraordinaria, conviven demasiados fantasmas.
En definitiva, somos excesivos para lo bueno y para lo malo.
Tan excesivos, por ejemplo, como para creer que es algo normal pagar la mitad del sueldo durante 30 años en una hipoteca. Y no ya hacerlo todos a una sin rechistar, sino creer que hacerlo es un signo de éxito y de prosperidad económica.
¿Hay mayor signo de prosperidad que endeudarse con un banco para toda la vida? ¡Qué suerte tenemos en España!
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