jueves, enero 22, 2009

At Last!

Washington D.C. es una ciudad llena de edificios oficiales, avenidas descomunales y monumentos espantosos a orillas del Potomac. Don George eligió su emplazamiento y se fue a descansar de guerras a Mount Vermont. Los virginianos ya habían dejado escrita la Declaración de Independencia trece años antes de la de los Derechos del Hombre. Buscaban la Felicidad.

Ellos, el pueblo de los Estados Unidos de América, son gente admirable. Aguantaron los 19 Farenheit con bufandas, orejeras y foot-warmers (menudo invento) para ver la Inauguration Parade, una mezcla de cabalgata de feria y desfile de las Fuerzas Armadas. Las majorettes de la escuela hawaiana de Punahou, donde cursó bachiller el flamante presidente, desfilaban sonrientes y ateridas ante los 2 millones de almas que abarrotaban el National Mall.

El Cadillac One presidencial, que ha costado 150.000 euros menos que el Audi de Touri
ño, es como el Papa-móvil pero en negro. Cuando se abrió la puerta y salió la feliz pareja para caminar los metros finales de la Avenida de Pennsylvania, justo frente a la Casa Blanca, me acordé de un e-mail que recibí hace pocos días advirtiéndome de que el martes se entronizaba al anticristo. La idea se basa en la numerología aplicada a la cifra 666 que aparece en el Apocalipsis de San Juán :"Aquí hay sabiduría: El que tiene entendimiento, cuente el número de la bestia, pues es número de hombre. Y su número es seiscientos sesenta y seis" (Ap 13:18). Una torturada mente hizo el cálculo con las letras BARACK OBAMA.

Hay varios motivos para desconfiar de estas cuentas: primero porque el número original descubierto en el papiro de Oxirrinco era el 616, número en clave con el que los mártires del siglo I se referían a Nerón, el mata-cristianos. El segundo es que un hombre que dice que "todos son iguales, todos son libres y todos merecen la oportunidad de alcanzar la felicidad plena" viendo caer Wall Street un 4% no puede ser la Bestia.
El tercero y definitivo es que ni siquiera el mismísimo Maligno hubiera soportado bailar 10 veces At Last!, la inolvidable canción de Orchestra Wives

(http://www.links2love.com/love_lyrics_441.htm)

...And here we are in heaven , for you are mine at last.

Good luck, Mr. President


Publicado en La Tribuna de Cuenca hoy 22 de enero de 2009 por Antonio Melero

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