viernes, febrero 13, 2009

Darwin y el Mono



Charles Darwin yace bajo una sencilla lápida de mármol en la catedral de Westminster, muy cerca de la tumba de Newton. El año pasado, durante una visita familiar a Londres, enseñé a mis hijos el lugar donde reposan los restos de uno de los mayores científicos de la Historia. Hoy conmemora la Humanidad los 200 años de su nacimiento. El próximo día 24 de noviembre celebraremos los 150 años de la publicación de la obra que cambió el curso de la ciencia contemporánea: "El Origen de las Especies por selección natural". En su último párrafo dice:

"Hay grandeza en esta concepción de que la vida, con sus diferentes fuerzas, ha sido alentada por el Creador en un corto número de formas o en una sola, y que, mientras este planeta ha ido girando según la constante ley de la gravitación, se han desarrollado y se están desarrollando, a partir de un principio tan sencillo, infinidad de formas las más bellas y portentosas."

Aunque hable de un Creador, Darwin era ateísta y la conservadora sociedad británica del XIX la consideró una herejía. La revista Hornet publicó una caricatura de don Charles con cuerpo de chimpancé en la que quizás se inspiró el pintor modernista
Ramón Casas para diseñar la etiqueta de la botella de Anís del Mono que ganó el concurso de carteles que los hermanos Bosch i Grau, propietarios de la bodega en Badalona, convocaron en 1878.

Don Vicent Bosch era partidario de la Teoría de la Evolución, tanto es así que el primer anuncio luminoso que se instaló en Madrid fue el de su anís, en la Puerta del Sol, donde ahora queda solo el de Tío Pepe. Los Bosch vendieron su destilería en 1975 a Osborne. En Cataluña siguen pidiendo un "chulo de Badalona" para acompañar al cafelito.

Si tienen una botella a mano (y si no busque en Google) podrá comprobar el sorprendente parecido del primate con Darwin. Y si se fija en el cartel que sostiene el simio verá que está escrito: "Es el mejor. La Ciencia lo dijo y yo no miento".

A un servidor, que no le gusta el anís más que para mitigar el mal sabor de las infusiones, siempre le había llamado la atención el diseño de la botella.

Aunque el mono, a quien recuerda de verdad, es a Rubalcaba. ¿A que sí?

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